Limpieza regular: Limpia la superficie regularmente con un paño suave y agua tibia. Para manchas más difíciles, puedes usar un detergente suave o una mezcla de agua con vinagre.
Evita productos abrasivos: No utilices limpiadores abrasivos, esponjas de acero o productos químicos agresivos, ya que pueden rayar o dañar la superficie de la resina.
Protección contra el calor: Evita colocar objetos calientes directamente sobre la superficie. Usa salvamanteles o bases para proteger la resina del calor excesivo, ya que puede dejar marcas o decolorar la superficie.
Protección contra rayones: Coloca protectores de fieltro en la base de objetos pesados o decorativos para evitar rayones. También es recomendable usar tablas de cortar al preparar alimentos en superficies de cocina de resina.
Evita el contacto con químicos agresivos: Mantén la superficie alejada de productos químicos fuertes como acetona, lejía o disolventes, ya que pueden dañar la resina.
Limpieza inmediata de derrames: Si derramas líquidos, especialmente ácidos o alcohol, límpialos inmediatamente para evitar manchas o daños a largo plazo.
Polish ocasional: Aplica un pulido suave ocasionalmente con productos específicos para resina epóxica para mantener el brillo y eliminar pequeñas rayas.
Evita la luz solar directa: La exposición prolongada al sol puede hacer que la resina epóxica amarillee o se degrade con el tiempo. Considera usar cortinas o persianas si la superficie está expuesta al sol.
Reparación de pequeños daños: Si notas pequeñas imperfecciones o rayones, puedes usar kits de reparación específicos para resina epóxica o aplicar una nueva capa de resina para restaurar la superficie.
Ventilación adecuada: Si aplicas una nueva capa de resina o haces reparaciones, asegúrate de que el área esté bien ventilada para facilitar el secado y minimizar los vapores químicos.
